Época: Reinado Carlos IV
Inicio: Año 1792
Fin: Año 1798

Antecedente:
Primer gobierno de Godoy

(C) Enrique Giménez López



Comentario

A fines de 1794 era evidente el agotamiento tanto español como francés tras un intenso esfuerzo bélico. El ejército republicano tenía graves problemas de aprovisionamiento, ya que la colaboración de los habitantes de los territorios ocupados con los franceses era mínima, el sur de Francia sufría el desabastecimiento y el hambre afectaba a crecientes capas de la población. La caída de Robespierre el 27 de julio de 1794 había hecho que el régimen iniciado en Thermidor planteara nuevos objetivos: desvincularse del maximalismo del Terror y mitigar los afanes expansionistas de los girondinos, para lograr el reconocimiento europeo de la República burguesa y moderada que propugnaba. Esa política quedaba reflejada en las formulaciones expresadas en la Convención el 4 de diciembre de 1794: "Queremos la paz, sí; pero la queremos honrosa y duradera", para añadir: "España habrá de reconocer sin tardar que su enemiga verdadera, por no decir única, es Inglaterra", lo que venía a proclamar el deseo francés de salir de su aislamiento, reforzando su posición internacional, y atraerse a España como aliada, con su potencial naval, ante una previsible guerra con Inglaterra.
Los problemas internos, como la sublevación realista de la Vendée, en el Oeste francés, los preparativos de una invasión de emigrados, apoyados por Inglaterra, o la sospecha de que una mayoría de los franceses estaban, de alguna manera, descontentos con un régimen fundado, paradójicamente, sobre la base de la soberanía popular, alentaron los deseos de ir limitando los muchos frentes exteriores que tenía abiertos la República. La firma de la paz con Prusia en abril de 1795 y la alianza con Holanda un mes después se encaminaban al objetivo del Comité de Salud Pública de centrar todos los esfuerzos en el Rin e Italia y frente a la amenaza británica. Las tropas en España se encontraban extenuadas y faltaban los recursos mínimos para seguir avanzando e, incluso, para mantener el territorio conquistado. A primeros de marzo de 1795, el Comité de Salud Pública consideraba la situación crítica, estimando que en caso de no lograr una rápida paz, "la República se hallaría expuesta a los peligros más espantosos y quizá a sucumbir irremediablemente".

La situación hacendística española, las derrotas militares, con la pérdida de Figueras, Rosas y gran parte de las Provincias Vascas, la introducción de propaganda revolucionaria en aquellos territorios y un creciente malestar general que podía desembocar en una situación prerrevolucionaria, aconsejaban a Godoy aprovechar los deseos franceses de iniciar conversaciones para poner punto final a las hostilidades. La caída de Robespierre y el abandono por los thermidorianos de muchos de los postulados maximalistas, hicieron posible el inicio de contactos, que se traducirán posteriormente en la firma de una paz.